Entrevista Imaginaria

Finalmente llegó la fecha en que habíamos quedado en vernos. Luis Ortiz se muestra discreto, reflexivo, paciente y relajado; de respuestas amables, rápidas y sin adornos, cuando se le trata, se muestra atento a su interlocutor, trata de ponerse a su nivel y por lo general disimula sus conocimientos. Ese día nos sentamos a conversar en Caracas, en su oficina, sobre la coexistencia entre pasado, presente y futuro; de su pasión por lectura, de su escritura; de esa vocación que permanece en él, tan atemporal, tan deliciosa y llena de significados; una literatura de puntuación inmejorable, discreta, concentrada, sencilla y directa, mediante la cual reflexiona y hace una investigación de la realidad sobre la historia, la política y la ciencia, con una seguridad absoluta que genera metáforas sin explicitarlas; un arte que requiere una práctica continua, un tesón admirable.