25 Habilidades esenciales y estrategias para analistas de conducta

En las últimas décadas, ha habido un crecimiento exponencial en el número de analistas de conducta que proporcionan servicios conductuales en aras a mejorar la calidad de vida de sus clientes. Muchos de estos dedicados profesionales son hispanohablantes.




Dr. Javier Virués-Ortega de la Universidad Autónoma de Madrid que, junto con José I. Navarro Guzmán de la Universidad de Cádiz y Aida Tarifa Rodríguez, también de la Universidad Autónoma de Madrid, han asumido la importante labor de editar esta obra en español.




Hasta la fecha, sólo en Estados Unidos, más de 41 millones de personas hablan español, mientras que en todo el mundo hay 580 millones de hispanohablantes que representan el 8% de la población mundial. Pese a que los estudiantes que terminan sus estudios se convierten en profesionales expertos en análisis de conducta, aun deben de complementar su formación con un conjunto de habilidades prácticas transversales necesarias para maximizar su eficacia profesional.




25 Habilidades esenciales y estrategias para analistas de conducta enseña destrezas que no siempre se aprenden en los programas de formación de análisis de conducta. Desde vestirse de forma profesional hasta la organización del tiempo. Esta obra, de fácil lectura, presenta las 25 habilidades esenciales que necesita el profesional clasificadas en cinco secciones principales: Habilidades valoradas por las empresas, Repertorio básico del profesional, La aplicación del conocimiento conductual, Hábitos de trabajo y Estrategias avanzadas para el analista de conducta profesional.




Cada capítulo recoge lecturas para ampliar. Estamos especialmente agradecidos al Dr. Virués-Ortega y su equipo por haber localizado las ediciones en español de la literatura del mundo empresarial que se recomiendan a lo largo del libro (ver sección Para leer más de cada capítulo). Ello permitirá al lector interesado ampliar más si cabe las habilidades profesionales transversales que son el foco de esta obra.




El libro concluye con un apéndice práctico para que el lector evalúe sus competencias profesionales. Este formulario puede utilizarse como herramienta de diagnóstico para identificar tanto los puntos fuertes como las áreas en las que necesitamos seguir mejorando.




Para el analista de conducta actual, ser competente y estar bien formado en los aspectos técnicos del análisis de conducta no es suficiente. Para tener éxito y ser eficaz, el profesional del análisis de conducta necesita adquirir las competencias transversales descritas en este libro.